Si te hablo de Internet, seguro que se te viene a la cabeza una página web, tu perfil de Facebook o ese e-mail que acabas de recibir.
No te imaginas un espacio físico, más allá de tu pantalla
¿De dónde salen todos esos servicios? ¿Cómo funcionan para que puedas usarlos en cualquier momento?
Lo reconozco, este es el segundo artículo que escribo, porque el primero me quedó para ingenieros y este blog está pensado para pymes.
Después de hablar con mis compañeros de soporte técnico, y liarme la manta a la cabeza para explicar los mainframes, firewalls, switches o routers (este último te resultará más familiar) he decido descartar todo y comenzar de cero para que me entiendas bien.
¡Vamos a ello! 👇
La página web de tu empresa, tus programas o el correo electrónico que usas a diario funcionan porque hay detrás una enorme y compleja infraestructura de personas, potentes máquinas y diferentes proveedores interconectados.
Para empezar, todos esos servicios digitales que utilizas deben alojarse en servidores, que no dejan de ser grandes ordenadores, conectados de forma ininterrumpida.
Son tus proveedores de servicios digitales los que se ocupan de cuidar el mantenimiento de esos servidores para que cuando envíes un e-mail o actualices tu web, todo funcione correctamente.
Todos los equipos tienen que estar en un espacio acondicionado, un Data Center o CPD (Centro de Procesamiento de Datos) con complejos protocolos de seguridad y redundancia en todos los equipos y suministros (no sólo de software y hardware, también de instalaciones eléctricas, antiincendios…)
Esa redundancia implica que todo está duplicado para garantizar el servicio en caso de cualquier incidencia.
Para que te hagas una idea, te muestro este esquema de nuestro CPD, donde puedes ver un ejemplo de todo el entramado de los diferentes operadores que trabajan en un data center.
Podría hablarte con más detalle sobre el listado de proveedores de fibra y radio enlaces que ofrecen garantías de red.
También te explicaría el funcionamiento de las copias de seguridad en la arquitectura del propio servicio, pero lo que quiero que entiendas, por encima de todo, es que el CPD dispone de un sistema tan complejo, como seguro.
El centro de datos agrupa a diferentes proveedores, todos ellos interconectados para dar asistencia las 24 horas, los 7 días de la semana.
El acceso a las instalaciones está restringido al personal técnico encargado de su mantenimiento. Nadie más puede entrar.
Cuando pensamos en proveedores de Internet, nos viene a la cabeza Movistar o Vodafone, pero detrás de los servicios digitales que usas también están grandes compañías como Gas Natural o Repsol.
Todos ellos se ocupan de gestionar la infraestructura de red, en un complejo sistema de telecomunicaciones, que cada día cambia, para adaptarse a las nuevas normativas, sistemas de navegación más complejos y tecnologías de datos.
Nuestros técnicos trabajan (y mucho) para garantizar el servicio más rápido, seguro y óptimo.
Aun así, nada es infalible. 🤨 De hecho, hasta Google sufre caídas y ni me imagino los centros de datos que puede tener este gigante tecnológico.
Google, Movistar, Vodafone… las grandes multinacionales reportan cortes diarios de suministro.
En ocasiones, los propios CPD tienen mecanismos para restituir el servicio de forma automática.
Otras veces, los nódulos afectados son más importantes y la caída se prolonga, generando más problemas en todos los demás servicios y empresas interconectadas.
El cyberespacio es muy complicado (y cada vez más) 😮
Pero también hay pequeños cortes derivados de necesarias actualizaciones para mejorar el rendimiento o por la propia seguridad de las empresas y de los usuarios.
Normalmente se programan por la noche (al menos, así procuramos hacer nosotros) para interferir lo menos posible en la operativa diaria de trabajo.
El CPD cuenta de una infraestructura muy solvente, con generación de backups, equipos de refrigeración y sistemas de vigilancia continuada durante los 365 días del año.
Nuestros técnicos, además de monitorizar y solucionar cualquier corte, se ocupan de supervisar las actualizaciones que tengan que cargarse.
Por ejemplo, toda la renovación del sofware para bloquear correos maliciosos o establecer nuevos filtros antispam.
Se trata de todo un entramado de recursos profesionales y servicios tecnológicos, asociados entre sí para que al hacer clic, dispongas de forma automática de nuevos correos electrónicos, servicios web o de las herramientas digitales con las que desarrollas tu trabajo diario.
¿Abrumador verdad? Pues si llego a publicar el primer artículo…
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